Los Turcos Que Dejaron Huella en el Mundo

Avicena, un sello histórico en el mundo de medicina a pesar de que pasaron siglos continúa siendo el autor de libro de referencia

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Los Turcos Que Dejaron Huella en el Mundo

Estimados oyentes. Sin duda es Avicena, quien marcó su sello en la historia de medicina y filosofía mundial y que sus huellas continuaron hasta hoy y a pesar de que pasaron siglos, no perdió su importancia y valor.
Avicena, conocido como el sabio de medicina más grande de la historia, que se brilla como un sol en el cielo de ciencia, en el año 980, nació en el pueblo Afşan vinculado a Buhara en Turquestán. Su nombre real es Abu al Husain, su padre es Señor Abdullah y su madre es Señora Sitare.

Avicena que ganó la fama con su inteligencia a partir de su infancia, cuando tenía 10 años, memorizó el Corán totalmente y cuando llegó a los 18 años, obtuvo información suficiente en los campos importantes del período. El dice lo siguiente sobre este asunto:
“Cuando tenía 5-6 años, vinimos a Buhara junto con mi padre. Cuando tenía 10 años, terminé leer el Corán. Después tomé asignaturas de matemáticas, kalam y la ley islámica de varios profesores. En aquellos años, a Buhara vino un sabio llamado “Natili”. Mi padre había invitado este señor a nuestra casa. Aprendí filosofía y matemática de él. Entre tanto, aprendía medicina y completaba mis informaciones con las investigaciones sobre los enfermos. Más que leer libros, me beneficié de pruebas y observaciones. Hasta los 18 años, así trabajé sin parar. Por las noches estaba ocupado por leer y escribir. Si tenía sueño, tomaba un vaso de algo y lo dispersaba. Cuando me despertaba, muchas veces, veía que había hecho muchas cosas en el sueño que no había podido hacer de antemano.
Después comencé a ocuparme con la metafísica. Sobre este asunto, leí el libro de Aristóteles muchas veces pero no lo entendí, tuve la desesperanza. Un día se vendía un libro con la subasta. El vendedor me advirtió comprar esta obra. Esto era el libro de Al-Farabi que no pude solucionar nunca sobre la metafísica. Pero no lo quise comprar. El vendedor me insistió a que lo comprara. Lo compré, cuando vine a casa y lo leí, entendí totalmente la metafísica que nunca pude entender hasta aquel día. Me alegré mucho; dije gracias a Dios e hice la oración del viernes, di limosna a los pobres”.

Avicena a partir de su edad joven comenzó al arte de la medicina y gracias a su éxito en este campo, tuvo la oportunidad de mostrar otras habilidades suyas. El, le salvó de una enfermedad dura al Emir de Buhara, Nuh İbn-i Mansur y así obtuvo el permiso de trabajar en la biblioteca del palacio de los Samanlıgularios. Así pasó su tiempo leyendo libros y escribiendo. Cuando murió el emperador, el solo tenía veinte años y abandonando Buhara se fue a Corasmia. Biruni, un personaje de fama grande le dio valor no solo a su carácter trabajador sino también a su información y comenzaron a trabajar juntos. Esto causó envidia. Por esta razón aun fue seguido. No pudo quedarse en Corasmia y de nuevo salió al camino. Paseando de ciudad a ciudad al final llegó hasta Hamadán en Irán y decidió quedarse allí.
Avicena, conocido como “Sultán de Médicos” en las fuentes occidentales, después, curó al Amir de Hamadán. El emperador lo hizo visir pero fue condenado por criticar su actividad militar, fue saqueada su casa y quisieron matarle. Cuando intentaba escaparse en secreto, fue capturado y condenado otra vez. En su vida de reclusión que duró meses, escribió el primer tomo de su obra Kanun fi”t-Medicina y “El-Hidaye fi”l Hikme”.
Avicena después, se escapó a Isfahán en de forma disfrazada. Allí recibió gran prestigio al lado del Emir de Buye y fue nombrado a la administración de la reunión de sabios realizados en el palacio. Pero volvió de nuevo a Hamadán y allí falleció en el año 1037.

En los países musulmanes, el idioma de ciencia del período era el árabe. Avicena que escribió casi el total de las obras científicas en árabe, escribió obras muy importantes también en el campo de la música. Son inolvidables los servicios que hizo este sabio a la humanidad que también tiene poemas en persa y turco. Avicena es un tal sabio que, a pesar de que pasaron los siglos, sus obras todavía amparan su importancia de referencia.

 


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