Un tal Alonso Quijano, la película colombiana que mezcla el Quijote con música punk

Libia Stella Gómez, su directora, habló con la Agencia Anadolu sobre los cientos de contratiempos que tuvo el primer largometraje de ficción producido por la Universidad Nacional, el cual se puede ver de manera gratuita hasta el 15 de julio.

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Un tal Alonso Quijano, la película colombiana que mezcla el Quijote con música punk

Sobre la Calle 26 de Bogotá, la avenida principal que une el Aeropuerto Internacional El Dorado con el centro de la ciudad, un hidalgo de lanza en astillero y adarga antigua anda en una moto Vespa junto a su fiel escudero. La escena hace parte de la película colombiana ‘Un tal Alonso Quijano’, dirigida por Libia Stella Gómez, el primer largometraje de ficción producido por la Universidad Nacional.

El filme narra la historia de Alonso Quijano, un profesor de literatura obsesionado con Don Quijote de La Mancha, tanto que se disfraza como el personaje de la obra de Miguel de Cervantes y en su idilio se enamora de una estudiante a la que le gusta la música punk. Sin embargo, la película no es una adaptación del Quijote, sino una excusa para hacer una mezcla audiovisual con estética punk, uso de efectos especiales y filtros de cámara para recordar el pasado violento del narcotráfico en Colombia.

"Mi lectura del Quijote tiene que ver con la lucha por los sueños, en hacer posible las utopías. Esta obra de literatura es la bandera de los soñadores. Yo no veo al Quijote como un hombre loco, sino como un soñador que tiene una fantasía y lucha por ella”, asegura Libia Stella, creadora de otros largometrajes como La historia del baúl rosado (2005) y Ella (2015).

La idea surgió cuando la directora cursaba sus estudios en Cine y Televisión en la Universidad Nacional y asistió a la clase ‘Cervantes y El Quijote’, que dictaba un profesor de apellido Aguirre. Ella recuerda que el maestro, desde que entraba al salón, se transformaba en el caballero andante y recitaba de memoria pasajes de la novela de Cervantes.

La película ganó el premio de guión del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico. "Al principio yo estaba muy dudosa por esto de mezclar las épocas, la mezcla generacional, la música”, asegura Libia. Sin embargo, cuenta que su analista de guión, la mexicana Beatriz Navarro, la incentivó a que siguiera adelante con el proyecto y que disfrutara esas particularidades que ofrecía la tragicomedia.

Hacer esta película fue en sí mismo una quijotada. Manuel José Sierra, el actor principal que interpretaba a Alonso Quijano, murió en un accidente casero al caer por una escalera antes de finalizar la grabación. Tuvieron que buscar a una persona con rasgos físicos parecidos y, mediante juegos de cámaras y haciendo que usara una máscara, terminaron la película.

Tampoco tenían mucho dinero y los extras participaban de buena voluntad, sin cobrar un salario. Por eso, en la película hay cameos de profesores de la carrera de Cine de la Nacional disfrazados de locos, durante una escena en la que Alonso Quijano es llevado a un sanatorio mental y él confunde a los pacientes con galeotes que quiere liberar, como narra uno de los pasajes más conocidos de la novela de Cervantes.

No solo eso. La película estaba lista desde 2019, pero al no conseguir el dinero para su distribución y exhibición, esperaban estrenarla en mayo de 2020. Sin embargo, un mes antes el país entró en cuarentena debido a la pandemia mundial del nuevo coronavirus. “Entre nosotros acuñamos el dicho que vivíamos para luchar contra molinos de viento, porque así era todos los días. Cada día de rodaje había un problema”, dice Libia.

Por ejemplo, Manuel José, quien era además un reconocido director de teatro colombiano, sufría de la enfermedad de Parkinson, que lo hacía cojear y temblar. Para grabar con él debían tener mucho cuidado. "Manuelito era como una porcelana que teníamos que cuidar muchísimo", señala Libia.

La directora recuerda uno de los momentos más angustiantes del rodaje, cuando Manuel José se accidentó manejando una Vespa. No sabía manejar moto y le pusieron unas rueditas para darle más estabilidad, como cuando los niños están aprendiendo a montar bicicleta. Sin embargo, al dar una curva, se estrelló contra un poste. Por suerte, se levantó riendo a carcajadas.

“Cuando murió Manuel José, teníamos el 60% de la película grabada”. Su muerte no cambió mucho las cosas del guión original, solamente desaparecieron dos escenas y las que faltaban las grabaron con Iván Álvarez, actor del teatro Libélula Dorada, quien tenía un parecido físico con ‘Manolo’, como le decían sus amigos.

No obstante, el personaje principal no es Alonso Quijano, sino Sancho Panza, quien es interpretado por el reconocido actor colombiano Álvaro Rodríguez, quien además de haber desarrollado muchos papeles en televisión, en cine ha participado en películas como La gente de la universal, Golpe de estadio o Perro come perro.

Libia enfocó la historia en Sancho Panza a propósito, para evitar la crítica de los expertos en la obra literaria y que la película fuera vista como una adaptación moderna del Quijote. “Es Sancho Panza quien lleva el hilo de la historia y el que hace la investigación para descubrir que el origen de la locura del profesor está relacionado con un suceso trágico de la historia colombiana”.

Lo más llamativo de esta película es que cerca de 80 estudiantes participaron en la producción del proyecto audiovisual. La Universidad Nacional decidió apoyar la iniciativa para que sus estudiantes, antes de graduarse, pudieran foguearse en su profesión, así como lo hacen los estudiantes de medicina en los últimos años.

Por eso la impronta de varios estudiantes está en la película. Por ejemplo, una escena icónica que fue grabada cerca al pueblo de Suesca, en un campo que representa La Mancha en España. Allí los personajes están disfrazados al estilo de la época del Quijote y al fondo aparece un molino de viento medieval. Esto lo hizo Luis Javier Agámez, un estudiante experto en efectos digitales.

Para la banda sonora necesitaban un compositor multifacético capaz de componer música barroca de la época del Quijote y canciones punk. Lo encontraron en José David Esmoris, un estudiante del conservatorio de la Universidad que siempre estuvo interesado en escribir música para cine. Compuso dos canciones de punk que interpreta el grupo bogotano Desarme Rock Social, quienes también son exalumnos de la institución educativa.

Libia es profesora de cine la Universidad Nacional y de la Universidad Javeriana y asegura que fueron sus estudiantes los encargados de sacar adelante la película, pese a tantos entuertos por deshacer. "Estoy segura de que ellos aprenden más en este terreno que sentados en un salón de clases recibiendo instrucciones”, explica.

La película ya tiene más de 200 mil vistas en YouTube y la directora asegura que esta pandemia ha sido un tiempo de aprendizaje. “La manera de hacer cine va a cambiar, pues la gente está más conectada con los contenidos internacionales y el consumo de cine en nuevas plataformas”.

Lo que más extraña durante el confinamiento son las clases presenciales. “Para mí es muy importante ver al otro, conversar, los abrazos, los saludos. Eso forma mucho más que llenarlos de teoría. La enseñanza es más una relación entre seres humanos que una adquisición de conocimientos".



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