La Cisterna de Estambul, lugar de columnas majestuosas y estatuas misteriosas

Dos cabezas de Medusa, ejemplos notables de la escultura romana, se encuentran como base de dos columnas en la esquina norte de la cisterna

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La Cisterna de Estambul, lugar de columnas majestuosas y estatuas misteriosas

AA-La Cisterna de Estambul, uno de los lugares históricos más visitados por locales y extranjeros de la ciudad turca, impresiona a los que la recorren con sus 336 columnas de 9 metros de alto y sus dos cabezas de Medusa. 

El magnífico lugar, ubicado en la península histórica hogar del museo Santa Sofía y la Mezquita Azul, es a veces escenario de películas taquilleras de Hollywood y otras veces adorna las fotografías de cientos de personas que lo visitan todos los días.

El emperador bizantino Justiniano I construyó la cisterna en el año 542, cuyo nombre entre la gente era “Palacio de Yerebatan” debido a sus aparentemente innumerables columnas de mármol que se elevan desde el agua.

La cisterna, administrada por la Alcaldía Metropolitana de Estambul, tiene un área total de 9800 m2 y una capacidad de 100.000 toneladas de almacenamiento de agua.

Durante el período bizantino, la cisterna satisfacía las necesidades hídricas del gran palacio, donde residían los emperadores, y de los demás habitantes de la región. Se utilizó un tiempo después de la conquista de Estambul en 1453 y gracias a ella fue posible proporcionar agua a los jardines del Palacio Topkapi donde residían los sultanes.

El capitel de cada columna tiene características diferentes y con excepción de algunas esquinadas o estriadas, la mayoría de las columnas son de forma cilíndrica. Además estas constan de una o de dos partes.

La cisterna tiene muros de ladrillos refractarios de 4,8 metros de grosor cubiertos de mortero de Horasan al igual que el suelo, lo que la hace totalmente impermeable.

Debido a que los otomanos preferían el agua corriente al agua estancada, no usaron la cisterna luego de establecer su propia instalación de agua. Fue el holandés Petrus Gyllius quien revivió el tema cuando visitó Estambul en los años 1540 para explorar las ruinas bizantinas.

En una de sus investigaciones, mientras paseaba por la entonces mezquita de Santa Sofía, Gyllius notó que la gente sacaba agua con baldes de grandes agujeros redondos como pozos que se encontraban en las plantas bajas de las casas e incluso atrapaba peces. Posteriormente entró a la cisterna bajando al subsuelo por el patio de un edificio de madera rodeado de muros. El viajero publicó lo que vio en su libro de viajes.

La cisterna fue reparada dos veces durante el Imperio Otomano y se abrió al público en 1987 después de que la alcaldía de Estambul la limpiara y construyera una plataforma para poder caminar dentro de ella.

Dos cabezas de Medusa, ejemplos notables de la escultura romana, se encuentran como base de dos columnas en la esquina norte de la cisterna.

Se cree que las esculturas fueron traídas solo para usarse como base de las columnas durante la construcción de la cisterna, pero no se sabe de dónde fueron traídas.

Según una leyenda, se cree que Medusa, uno de los personajes más famosos de la mitología griega, es una gorgona que tiene el poder de convertir en piedra a quienes la miran.

Es de destacar que la representación de Medusa, que también fue tallada en empuñaduras de espadas en el periodo bizantino, fueron ubicadas boca abajo y hacia el lado como base de las columnas presuntamente para anular los poderes de la mirada de la gorgona.

La Cisterna Basílica es frecuentada cada día por más y más personas y puede ser visitada todos los días entre las 9:00 a.m. y las 6:30 p.m.



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