Bogotá acoge ciclo de cine sobre el éxodo de miles de migrantes y refugiados

Con documentales y cortometrajes, Dejusticia y Ambulante Colombia buscan concientizar a la población colombiana sobre los retos que enfrentan los miles de migrantes que llegan al país y hacen un llamado a la solidaridad

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Bogotá acoge ciclo de cine sobre el éxodo de miles de migrantes y refugiados

Por: Diego Carranza

AA - La migración forzada se toma la pantalla gigante. El centro de estudios Dejusticia y la organización no gubernamental Ambulante Colombia se unieron para proyectar una serie de películas que reflejan la situación de miles de personas en Venezuela, Colombia y Centroamérica que deben abandonar su país o lugar de origen por diferentes causas. 

Durante tres semanas, cada martes desde hoy 18 de junio y hasta el mes de julio, se abre un espacio con proyecciones de documentales latinoamericanos y conversatorios con expertos en el tema, para generar una “reflexión urgente” sobre la crisis migratoria y las graves condiciones en las que viven migrantes y refugiados en Colombia. 

Según le explicó a la Agencia Anadolu Isabel Cuadros, el motivo para Dejusticia y Ambulante se unieran en este ciclo de cine es porque la crisis migratorias son my "pertinentes", no porque hasta ahora se estén presentando. Afirma que ahora le están "poniendo el ojo" porque se están dando cuenta "de lo horribles que estamos siendo con los migrantes". 

“Es una conversación que se está teniendo no solo en Colombia, sino a nivel mundial (…) sobre las masas de personas que se están moviendo por ejemplo en África, en Europa, en Latinoamérica o Estado Unidos. Pero en Colombia es un tema particular del que no se ha hablado mucho, porque (el país) no ha sido receptor de migrantes”, afirma.

Y sobre Colombia, particularmente, agrega: “Es la primera vez que nos vemos en ese rol de recibir a gente que necesita nuestra ayuda, por eso nos pareció pertinente montar un ciclo de cine que tratara estos temas y que ayudara a abrir la discusión, primero sobre nosotros como migrantes, porque acá hay migraciones internas por el conflicto; y sobre la parte legal y política, es decir, cómo está el marco legal para recibir a estas personas y que puedan acceder" a documentos y derechos.

Según Dejusticia, “la violencia, el hambre, la imposibilidad de llevar a los niños a la escuela o de acceder a medicinas vitales, la ausencia de trabajo y el miedo, son algunos de los motivos que obligan a millones de familias en todo el mundo, a dejar sus hogares”.

Y justamente, estas son algunas de las dificultades que se exponen en las tres películas y dos cortometrajes que se proyectarán los martes desde este martes hasta el 6 de julio próximo.

El primero, es el documental mexicano ‘La Cocina de las Patronas’, dirigida por Javier García, que cuenta la historia de un grupo de mujeres campesinas del estado de Veracruz, que desde hace 21 años preparan comida para los migrantes que atraviesan Centroamérica y que cruzan México en el tren ‘La Bestia’ (o el tren de la muerte, como también se le conoce), esperando llegar hasta la frontera norte y con la esperanza de entrar a Estados Unidos.

“Ellas ven todos los días pasar ese tren, lleno de migrantes con hambre, con sed, con necesidades, y deciden, también desde su vulnerabilidad, ayudarlos. Y en esa ayuda, como de alianzas de vulnerables, ellas también descubren que como mujeres campesinas tienen derechos”, detalla Isabel Cuadros, coordinadora de programación de Ambulante Colombia.

La segunda, que se proyectará el 25 de junio, es el documental colombiano 'Ciro y yo', del director Miguel Salazar. Esta producción cuenta la historia de Ciro Galindo, un campesino colombiano de 60 años que durante años recorrió todo el país huyendo de casi todos los grupos armados del conflicto: guerrilla, paramilitares y Ejército.

Para Isabel Cuadros, aunque es una película "dura", sirve para entender desde "los ojos de las víctimas el conflicto armado colombiano".

El 2 de julio se presentará ‘Está Todo Bien’, de Tuki Jencquel, una película venezolana con producción alemana que muestra la escasez de medicamentos que se vive actualmente en Venezuela desde la óptica de un activista social, un farmacéutico y dos pacientes con cáncer. Ese día asistirá una ciudadana venezolana que sufre de VIH y contará desde su experiencia cómo ha vivido esta crisis. 

“Lo que se quiere mostrar en este espacio son las barreras, casi siempre legales, con las que encuentran los migrantes cuando llegan a un país como Colombia”, indica Isabel.

Antes de ‘La Cocina de las Patronas’ y ‘Está Todo Bien’, se proyectarán dos cortometrajes que servirán de contexto. Para el primero está ‘La Bestia, el tren de los desconocidos’; y para el segundo ‘Los hijos del silencio’, una construcción casi experimental, sin una narrativa clásica, que “transmite la angustia que tienen los jóvenes que siguen en Caracas y que están enmudecidos y no pueden alzar su voz” contra lo que ocurre.

De acuerdo a Isabel, lo que buscan Dejusticia y Ambulante con su alianza es, además de responder algunos cuestionamientos alrededor de la migración, que la población bogotana “sea un poco más consciente” de que hay miles de migrantes que “la están pasando mal", tanto en la capital colombiana como en otras ciudades.

También, esperan que la audiencia “pase de una actitud pasiva a una actitud activa”, o que “quede esa inquietud” de cómo puede ayudar o aportar algo para auxiliar a migrantes o desplazados.

"Que tomen, por ejemplo, el caso de las Patronas como modelo, quienes a pesar de no tener nada que dar, encontraron la forma de brindar algo a los migrantes”, concluyó Cuadros. 

Ambulante Colombia está realizando gestiones para replicar este ciclo de cine migrante en otras salas alternas de Bogotá y de Colombia, como el Museo de Arte Moderno y el Centro Colombo Americano de Medellín, la Tertulia en Cali, la Cinemateca de Barranquilla, y se espera que se esté proyectando sobre agosto y septiembre.

Lucía Ramírez, coordinadora de la línea de migración de Dejusticia, explicó que en el marco del Día Internacional del Refugiado, que se celebra este jueves 20 de junio, quisieron llamar la atención sobre las dificultades que está atravesando la población migrante en Colombia, como las barreras de acceso a derechos, incluyendo al sistema de refugio, entre otros.

“Pensamos en explorar nuevas formas de comunicar estos análisis y estudios que hacemos desde Dejusticia y unir esfuerzos con Ambulante, para contribuir y promover espacios de discusión con la comunidad en general sobre las barreras de la población migrante. Y también, sobre cómo cada persona desde su propio terreno, puede solidarizarse con la población venezolana que está llegando al país”, dijo Ramírez. 

También esperan generar hacer un llamado a la solidaridad, al tiempo de generar “conciencia” para que la población local o receptora entienda que hay una serie de dificultades para los migrantes y sobre la importancia de exigirle al Estado que adopte una política migratoria de largo plazo.

“Los migrantes llegan en una situación irregular no porque quieren, sino por barreras administrativas que no les permiten acceder a un empleo, educación, salud, etc. Además, todas las medidas que se han tomado hasta ahora, aunque son muy valoradas, son de emergencia y ya se están quedando cortas frente a las dinámicas que estamos viviendo de migración”, recalcó la experta.

Un dato proporcionado por Dejusticia revela que de los migrantes venezolanos que tienen el Permiso Especial de Permanencia (PEP) otorgado por el Gobierno colombiano y que reciben atención médica, el 90% está suscrito en el régimen contributivo, es decir, “que si se les da la oportunidad para regularizarse y trabajar, van a contribuir igual que todos los colombianos al sistema de salud y pensional”. 

Migración Colombia afirma que hay 596.880 ciudadanos venezolanos en territorio colombiano con PEP.

A inicios de junio, la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) informaron que el número de migrantes venezolanos alcanzó los 4 millones y que los países latinoamericanos acogen a la gran mayoría de personas: Colombia, con alrededor 1,3 millones; Perú, con 768.000; Chile, con 288.000; Ecuador, con 263.000; Brasil, con 168.000 y Argentina, con 130.000.

Los cálculos de las agencias de la ONU concuerdan con los oficiales. Sin embargo, Lucía Ramírez advierte que este dato es bastante conservador, pues si se considera el número de personas que cruzan la frontera informalmente, se puede superar el millón y medio de migrantes. 

Las funciones son cada martes a las 6:30 p.m. (hora local) en Casa La Soledad, en Teusaquillo, y la entrada es gratuita.



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