Agenda de Turquía y del Mundo (34/2015)

El 16 aniversario del terremoto de Izmit de 1999 y las ideas sobre los problemas de terremoto

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Agenda de Turquía y del Mundo (34/2015)

El 17 de agosto de 2015 es el 16 aniversario de una catástrofe y la angustia natural para Turquía. Miles de personas perdieron la vida, otras centenares se quedaron sin techo y millones de ciudadanos sufrieron impactos psicológicos de este sismo de magnitud 7.8 grados en la escala Richter con epicentro de Yalova, al noroeste de Turquía.

Los epicentros del movimiento telúrico se situaron en la Región de Mármara, la región más importante de Turquía por el aspecto económico, industrial, social y demográfico.

El temblor inquietó a una ciudad metropolitana como Estambul con una población de 15 millones de habitantes que está ubicada en la zona de terremoto.

Los expertos en terremotos advierten siempre de que se producirá un gran sismo en Estambul, y que, por lo que hace falta tomar medidas necesarias.

El terremoto es esencialmente una actividad natural de la Tierra, por lo tanto puede constituir una fuente de terremoto vital para los seres vivos. En palabras de los expertos en terremotos, la sacudida es una parte de la vida particularmente en algunas geografías y hay que comprender bien convivir con ella. El terremoto es un fenómeno natural inevitable de la Tierra. Tal y como todos los fenómenos naturales, el terremoto no es esencialmente un problema, sino una señal de la animación de la naturaleza. Incluso es uno de los elementos naturales como lluvia, tormenta, verano-invierno. Los seísmos ocurren con menos frecuencia en comparación con otros fenómenos, pero son fenómenos llenos de intenciones desconocidas de Dios. El Corán cuenta con un sura con nombre y tema “temblor/terremoto”. Por consiguiente, el principal problema no es el terremoto, sino la insuficiencia o la equivocación de las medidas y la actitud de las personas hacia el terremoto. Igual que las personas logran vivir sin ninguna preocupación construyendo estructuras protegidas contra los fenómenos naturales como lluvia, nieve y tormenta, lo mismo está válido también para los terremotos. Según expresan los expertos en terremotos, “a los humanos no les matan los terremotos, sino los edificios débiles e imprudencia”. Las experiencias de varios países prueban cuanto precisa es esta expresión. Por ejemplo, es de pequeña escala el daño causado incluso por los grandes terremotos en Japón donde los sismos suceden con más frecuencia. Es que los países como Japón han tomado medidas fuertes contra los seísmos.


Turquía figura entre los países que se enfrentan a la verdad de terremoto. La geografía de Anatolia y Tracia formada por los terremotos desde hace miles de años sigue viviendo este proceso y continuará viviendo según los expertos. La expresión “la geografía es el destino de los países” atribuida a Napoleón y considerada comúnmente está válida de una manera también para los terremotos. Es decir, esta geografía bastante atractiva como Estambul y Turquía tiene características “frágiles” como terremoto y geopolítica.

Sin embargo, Turquía no hizo preparativos suficientes contra los sismos exclusivamente durante el proceso de industrialización, urbanización, democratización y modernización. Por esta razón, hace falta tomar en consideración estas medidas no solo como fenómenos de terremoto, sino también como lucha de desarrollo. En otras palabras, cuanto más Turquía registra desarrollos, es más segura y resistente contra los desastres naturales como terremotos. Cuando se analiza la historia de cien años de Turquía, se observa que es más sensible y luchador contra los sismos cuando desarrolla económicamente.

En este sentido, en paralelo al después del terremoto de 17 de agosto de 1999 y los años 2000, se realizaron grandes regulaciones y reglas, y además se fundaron instituciones relativas, entre ellas la Administración de Desastres y Situaciones de Emergencia del Primer Ministerio (AFAD). Además se renovaron e intensificaron las reglas de construcción, se ofrecieron educación al pueblo para su concienciación en el momento de terremotos y el después, se efectuaron investigaciones e inversiones científicos para el pronóstico de nuevos temblores, se iniciaron grandes proyectos de transformación urbana en exclusivo en Estambul y otras ciudades, se ofrecieron subvenciones financieras a las actividades de construcción para el reforzamiento de las estructuras antiguas y lo más importante se incrementó la sensibilidad de los humanos contra todas las catástrofes naturales.

No obstante, estas medidas no están a nivel muy rápido, fácil y perfecto parcialmente por su naturaleza y parcialmente por las razones burocráticas, locales y políticas. Es que es demasiado alto el costo económico, social y tecnológico de la urbanización y la construcción de nuevas ciudades y además contiene dificultades y obstáculos socio-culturales y físicos. La renovación de la urbanización equivocada creada hace decenas de años y la acumulación de edificios requiere un largo tiempo y además un nuevo punto de vista y concepción hacia la vida.

La condición quizás más privilegiada en la lucha contra los terremotos es el orden personal y social de los humanos. Hay una relación fuerte entre la forma de vida cuidada, planificada, sofisticada, regular, garantizada y seria, y sus medidas contra los seísmos. Cuanto más altos y exitosos son los estándares de vida, son más seguros y sin más preocupados contra los seísmos. Cuando se mira desde otro punto de aspecto, es de suma importancia el vínculo entre el famoso Índice de Desarrollo Humano (HDI) y la resistencia contra los terremotos. Cuanto son altos los estandares del HDI, es más segura y sin problemas la seguridad contra los terremotos.

Por Prof. Dr. Ramazan Gözen

Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad de Mármara en Estambul.


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