Agenda de Turquía y del Mundo (36/2014)

Recep Tayyip Erdoğan tomó oficialmente posesión de su cargo como presidente el pasado 28 de agosto, sucediendo así al undécimo presidente Abdullah Gül. Erdoğan, tras asumir el cargo presidencial, designó como primer ministro al ministro de Exteriores Ahmet Davutoğlu que comenzó su cargo el siguiente día declarando el nuevo gabinete.

Se sostiene que estos avances constituyen el inicio de un nuevo período en la política interior y exterior de Turquía. Se asevera generalmente que estas modificaciones conducen al proceso de una nueva Turquía. Este alegato, aparte sus significados conceptuales y políticos, es correcto para los cargos institucionales. Es que es algo nuevo que Erdoğan se convirtió en presidente y Davutoğlu se sustituyó como primer ministro y secretario general del Partido de la Justicia y el Desarrollo (Partido AK).

¿Sin embargo, los traspasos de poderes dan mensajes respecto al nuevo período?

Lo más importante es que esta nueva situación ocasionará un cambio en las políticas interna, externa y otras políticas de Turquía?

¿Qué tipo de visión y misión tendrá el 62° gobierno encabezado por Davutoğlu?

Les presentamos las opiniones al respecto del Prof.Dr. Ramazan Gözen, el catedrático Del Departamento de Ciencia de Política y Relaciones Internacionales de la Universidad de Mármara en Estambul.

Tenemos dos datos para concebir la naturaleza de la renovación. Lo primero es la composición del nuevo gabinete y otro son las declaraciones de Erdoğan, Davutoğlu y otros autorizados. Por ejemplo, la composición del 62° gobierno no es distinta que los gobiernos anteriores. En el gobierno, que estaba compuesto por 1 primer ministro y 25 ministros, se destituyeron solamente 3 ministros, 4 nuevas figuras se convirtieron en ministros y 1 ministro fue nombrado a otra cartera. Cuando se pone la lupa sobre los perfiles de los antiguos y nuevos titulares, se observa que no se tratará un cambio significante en el eje del 62° gobierno y que se mantendrá la estabilidad. Los ministerios de Economía y Exteriores son cruciales. Es posible pronosticar que será estabilidad también en estos dos campos dado que los actores anteriores de la política de economía conservaron su posición.

La política de economía del 62° gobierno, como desde hace 12 años, continuará bajo la dirección de Ali Babacan. La economía turca seguirá sincronizando con la economía mundial, los balances económicos seguirán siendo protegidos y el factor de confianza seguirá siendo fuerte.

El campo que es otro objeto de interés es la política externa en que se trata dos cambios: El ministro de Unión Europea, Mevlüt Çavuşoğlu, se sustituyó a Ahmet Davutoğlu. Y el ex secretario general de la UE y diplomático, Volkan Bozkır, fue designado como nuevo titular de Unión Europea en reemplazo de Çavuşoğlu. Estas dos designaciones dieron señales tanto de un cambio como de una sostenibilidad en la política externa.

Si miramos a la dimensión de cambio, se observa que habrá un boom en el proceso de adhesión de Turquía a la UE. Erdoğan, durante su discurso en la ceremonia de investidura, hizo énfasis en la integración de Turquía en el bloque comunitario dando así la primera señal. Erdoğan dijo que la entrada de Turquía en la UE constituye una de las estrategias de Turquía.

El primer paso en este sentido se dio cuando Volkan Bozkır fue nombrado a la cartera de Unión Europea. Es que Bozkır es un diplomático que adopta profesional y mentalmente la membresía de Turquía en la UE. Bozkır, siempre y cuando las condiciones generales lo permitan, se esforzará al máximo para consolidar las relaciones entre Turquía y la UE. Si estas gestiones tengan resultados positivos, es de alta probabilidad que aparezca un nuevo alma en la diplomacia turca. Si se considera especialmente con el énfasis de Erdoğan, se refuerza esta probabilidad.

No obstante, se observa que no se tratará un cambio particularmente en la política de Turquía sobre Oriente Medio y Siria. Erdoğan y Davutoğlu, en sus discursos, siguen adelantando que la política de Turquía sobre Siria y la Primavera Árabe es de conciencia y humana. Por lo tanto, se prevé que Turquía continuará oponiéndose contra Asad y su régimen, apoyando a los opositores de Asad, quedándose a distancia de Sisi, respaldando Hamás, criticando Israel, estando a favor de la integridad social y territorial en Irak y solucionando la cuestión kurda.

A consecuencia, si Turquía sigue con esta política, continuará el predominio de Davutoğlu, uno de los precursores de esta política. Davutoğlu, siendo primer ministro, continuará dirigiendo y canalizando la política externa turca en coordinación con el titular de Exteriores Çavuşoğlu. Desde este punto de vista, no se espera un cambio en la política externa turca.

Otras políticas que no presentarán cambios en el nuevo período son el proceso de solución para el fin del terrorismo, la lucha contra la formación ilegal llamada estado paralelo y las gestiones para la nueva constitución. Se reportó que el proceso de solución se ejecutará bajo la dirección de Davutoğlu, pero bajo la coordinación del viceprimer ministro Bülent Arınç. Pero, otros viceprimeros ministros también podrán desempeñar papel cuando se requiere. Se protegerá la sostenibilidad en otros temas fuera de esta cuestión. Es posible pronosticar que la tradición de 12 años continúe en la democratización, derechos humanos, urbanización, educación, salud y todas otras áreas.

Por consiguiente, no se espera que el 62° gobierno de Davutoğlu ponga en marcha políticas radicales durante unos 9 años. Este gobierno intentará proteger la estabilidad hasta las elecciones generales a celebrarse el 7 de junio de 2015 y formar la infraestructura de una Nueva Turquía. Claro que la política se basa en una constitución democrática. La redacción de una nueva Magna Carta de Turquía depende de los resultados electorales de 2015 tras el que quizás se materializará más la supuesta Nueva Turquía.

Por Ramazan Gözen

Académico del Departamento de Ciencia de Política y Relaciones Internacionales – Universidad de Mármara en Estambul.