Agenda de Turquía y del Mundo (16/2014)

66275
Agenda de Turquía y del Mundo (16/2014)

«LOS HUMANOS DIRÁN ¡DIOS MÍO, QUÉ TERRIBLE! CUANDO VEAN ESTE GENOCIDIO EN LA TELE Y CONTINUARÁN COMIENDO» DE LA PELÍCULA de HOTEL RWANDA -JACK (JOAQUİN PXOENİX)
El año 1994, en que proseguían con rapidez las disputas de «conflictos de civilizaciones», fue el escenario de dos grandes vergüenzas humanas en dos distintas regiones del mundo: los bosnios sufrieron la masacre serbia en los Balcanes al tanto que los tutsi vivieron la atrocidad de hutu (wahutu) en Ruanda. La opinión pública se enteró de este último después de 15 años. Es que se vivían “cosas ordinarias en África” según los que compartían la misma idea con el entonces presidente francés François Mitterand.

Ruanda, “País de Mil Cerros”, fue dejado en la dirección de Alemania en la Conferencia de Bruselas en 1890. Los belgas que tomaron el relevo del poder tras el fin de la Primera Guerra Mundial introdujeron en la vida del pueblo de Ruanda el principio de “la división del regidor y el que dirige”. Le hicieron creer al pueblo una discriminación racista artificial alejándose de la idea de clases. En realidad, dos tribus contaban con un común idioma, tradición, pasado ético y cultura. Primero, pusieron en marcha privilegios basados en raza por la minoría tutsi en Ruanda cuya población de casi el 90% está compuesta por los hutu y les ofrecieron mejores condiciones de vida. Así se estaban echando las bases de los actos sangrientos que se vivirían después de años.


Los nacionalistas hutu ostentaron el poder en Ruanda que fue entregado a las Naciones Unidas tras la Segunda Guerra Mundial. Esta vez los tutsi se sometían a las barbaridades, de tal manera que decenas de ellos se asesinaban y otras se refugiaban en los países vecinos. La sublevación estallada en 1990 ocasionó una guerra civil sangrienta que se prolongó durante dos años. Tras la suscripción del alto el fuego, los hutu recurrieron a los métodos más radicales. Los milicianos, que se organizaron local y semi-militarmente, se pusieron a importar armas como hachas y chafarotes poniéndoles en la lista negra a los tutsi y los moderados hutu. Y la contraparte estaba haciendo sus preparativos bajo el nombre de la “Unión de Patrióticos de Ruanda”. En el país se estaban agudizando las facciones, de tal manera que el derribo del avión que llevaba a bordo al presidente Juvénal Habyarimana desencadenó los conflictos el 6 de abril de 1994. Cuando la noticia se emitió por radio, los milicianos hutu empezaron a masacrar a los tutu y los moderados hutu cuyos nombres estaban escritos en las listas en su mano. El país se transformó en un sepulcro inmenso con la matanza de 800 mil-1 millón de personas en 100 días hasta julio. La masacre se intensificó cuando las Naciones Unidas retiró la presencia militar en la región con la presión del Gobierno estadounidense. Los milicianos hutu cometían la masacre Tutsi con hachas, cuchillos y piedras importados de China.

« NO SERÉ OTRA VEZ UN TUTSI, NO ME MATEN POR FAVOR » DE LA PELÍCULA DEL HOTEL RWANDA – UNA PEQUEÑA CHICA
La opinión pública del mundo se quedó indiferente desde hace largo tiempo ante las noticias de masacre después de días. En tiempo más tarde Francia se inició a enviar ayuda militar al Gobierno de Ruanda que apoya la masacre. Decenas de miles de personas fueron asesinadas ante las miradas de los soldados franceses que avanzaban con rapidez en la región. Y otras centenares se vieron forzadas a abandonar sus casas y escapar a los países vecinos.
Han pasado un total de 20 años después del genocidio.
El primer proceso “masacre” en Francia se inició procesar en el Tribunal Penal de París en febrero. El ex soldado del Ejército de hutu el jefe de la agencia de inteligencia, de 54 años, Pascal Simbikangwa, fue pasado a la disposición judicial y fue condenado con 25 años de pena de prisión.
Han pasado un total de 20 años después del genocidio.
Hoy en día Ruanda se dirige por un presidente que abandonó el país junto con su familia cuando tenía 3,5 años y que vivió en un campo de refugiados en Uganda desde hacía más de 30 años: Paul Kagame (El entonces comandante del Frente de Patrióticos de Ruanda).
El día de hoy después de 20 años hay ruandeses que no están contentos con estar todavía en vida debido a que los miembros familiares fueron matados o se sometieron a torturas graves o bien a abusos.
El día de hoy después de 20 años mientras Bélgica, EEUU y ONU presentan disculpas a Ruanda confesando que no pudieron impedir los sucesos, Francia todavía se mantiene callada.
Por su parte, Ruanda intenta volver a alzarse. Los acusados y las víctimas se encaran en los tribunales “Gacaca” que significa “césped” y que no cuentan con jueces, fiscales o abogados. Los cautivos con vestidos de rosa confiesan sus culpas y se sentencian en su propia conciencia. Si se disculpan por la víctima al cabo de esta confrontación, paga su pena bajo los servicios o bien de la víctima o bien del pueblo. ¡Es que los ruandeses entienden después de 20 años que no tienen otro remedio que convivir u otra Ruanda para irse!.



Etiquetas:

Noticias relacionadas