Tras 40 años de enemistad hacen las paces los líderes cristianos de Líbano
Semir Caca y Suleiman Franci se reconcilian ante el patriarca maronita de Beirut
Uno de los líderes maronitas cristianos de Líbano, el secretario general del Partido de las Fuerzas Libanesas Semir Caca y el secretario general del Partido del Movimiento Marada, Suleiman Franci, hicieron las paces tras unos 40 años de enemistad.
El acto de hacer las paces se realizó en la Iglesia Bkerke al norte de la capital Beirut bajo el liderazgo de patriarca maronita Mar Beshara Butrus er-Rai.
El patriarca ofreció una declaración diciendo que esta reconciliación es el inicio de la unión nacional en todo el país.
Tras la reunión tripartita efectuada entre el patriarca, Caca y Franci, el Partido de las Fuerzas Libanesas y el Partido del Movimiento Marada ofrecieron una declaración leída por el metropolit Cozif Neffa:
“Anunciamos que pasamos las páginas dolorosas del pasado y destacamos que hace falta eliminar las discordias y seguir hacia nuevos horizontes”.
Se indicó que el encuentro se realizó como la confirmación de un consenso firme y voluminoso y que no se salvarán de la situación negativa en la que se encuentran los cristianos si no se pasa página.
La discordia entre Caca y Franci empezó con la Masacre de Ihden realizada como consecuencia del ataque del 13 de junio de 1978 por la rama militar del Partido Ketaib, las Fuerzas Libanesas, en la época de la guerra civil en el país.
El ataque se produjo entre el Partido Ketaib y Marada después de la lucha por la población en Zgarta donde está la localidad Ihden.
El problema entre las dos facciones creció al intentar el comandante de las Fuerzas Libanesas, Beshir al-Jamil, asegurar su dominio sobre los aliados e integrar los milicianos en los suyos.
Semir Caca estaba encargado de realizar un ataque contra la casa de verano de la familia de Franci pero no pudo llegar allí porque se hirió. Entonces fue encargado otro comandante con el ataque en el que murieron el padre de Franci, Tony Franci, su madre Vera Kardahi y su hermana de dos años y medio, Cihan, además de otras 30 personas.
